domingo, 6 de febrero de 2011

Exprésate; nº17.

Hay unos cuantos de temas que quería  comentaros pero por falta de tiempo, ganas, y otras cosas que no viene a cuento, no lo haré. Simplemente os contaré lo que hice hoy, y lo extraña y fascinante que puede ser la vida en determinadas ocasiones.

 Por la mañana mi madre se quedó durmiendo y entre unas cosas y otras, salimos de casa a las diez y media. Bueno, pero no saben ustedes las de veces que tuvimos que volver a casa.. –Se me ha olvidado esto, se me ha olvidado lo otro.. – Un caos, pero finalmente hemos conseguido llegar todos los miembros de mi familia sanos y salvos a Cazalla. Para quién no sea de muy por aquí cerca, Cazalla es un pueblo de Sevilla, es cual tiene un parque muy apañado para ir a caminar y tal, y unas cataratas muy lindas.

 Por la mañana paseamos por el parque, y caminamos durante un par de horas bajo los rayos de sol. Mi hermana pequeña iba de morros porque no se pudo quedar para salir con sus amigas pero bueno, entre unas cosas y otras he hecho que se olvidase del tema mientras nos echábamos fotos por todos lados. Más tarde, cuando mi madre casleaba ya más que el perro, decidimos dar la vuelta e ir al restaurante de siempre a comer. Bueno, me comí un par de filetes pequeños de ternera a la plancha, bebí agua y ya. A ver, no podía no comer.. Hey esperad, aquí hay que detener el tiempo durante un momento. Estábamos esperando alrededor de la mesa a que nos tomaran nota, y mientras tanto mi madre fue al coche ya que había olvidado la cartera, y mi hermana estaba fuera jugando con el perro. Como habrán adivinado, me quedé sola sentada con mi padre. Pues bien, nos pusimos a hablar y evidentemente, mis sospechas quedaron más que confirmadas. Sabe que bebo, ¿y qué pasa? Lo acepta, lo toma con humor y me deja hacerlo con total libertad. Aunque bueno, en realidad no le quedaba otra alternativa. No suelo hablar demasiado con él ya que pasa la mayor parte del día fuera de casa, y cuando está dentro de ella casi siempre estamos peleando, pero de vez en cuando, tiene sus puntos legales. La conversación ha sido extraña, y como ya sabéis que yo lo de expresarme lo llevo como el culo, no sabría como explicároslo. La cosa es que de todo esto ya hemos sacado algo bueno; Cada vez que salga de botellón, no tengo que preocuparme por comer miles de chicles de menta o por echarme colonia y dejar de hacer eses al llegar a casa. En serio, me cuesta mil llegar a casa en condiciones ya que yo cuando bebo, no controlo. Pero todo eso se acabó, joder, esto está marcando un antes y un después en mi vida, jaja. Me siento poderosa y todo, chicas…

 Fin fin fin. Después de comer paseamos por las cataratas y entramos en una casa abandonada, blá blá blá. Todos estos adornos no importan, simplemente era lo de mi padre y bueno, esta semana que va a entrar moriré. Intentaré reírme, pero recuerden que solo será por no suicidarme. Ala, aquí les dejo una foto del bonito paraje (L). Me pondría a mi, pero lo estropearía todo.

3 comentarios:

  1. he leido tu historia y me he sentido un poco identificada. Es bacán poder encontrar chicas que han pasado lo mismo que uno, así saben de verdad a lo que nos referimos y entienden nuestros estados.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Oh nena, caminar bajo el sol durante un par de horas... que bien y que suerte. Hace tanto tiempo que no hago algo así.
    Siempre es extraño hablar de ciertas cosas con un padre, pero bueno tampoco tendría porqué alarmarse por el hecho de que bebas. Si eso llegara a ser un problema pues sí, pero al fin y al cabo todos nos bebemos un par de copas de vez en cuando jeje

    Nena mil besos^^

    ResponderEliminar
  3. Qué sensata la actitud de tu papá... Hace que seas responsable de vos misma y de que vos sola te pongas el límite... Yo lo veo como un gran acto de confianza de su parte...
    Qué lindo paisaje... :)
    Ojalá hayas comenzado una hermosa semana!
    Besos

    ResponderEliminar

Número de opiniones.